Sobre mi

¡Hola, soy Alein! Vivo en Colombia aunque usualmente permanezco en los mundos de diversos libros, y ahora, he decidido comentar aquellos libros, dementes, de los que se llevan tu cordura por momentos y que, al tiempo, son muestras de mentes maravillosas. ¿Quieres acompañarme? Azul. Los mejores libros son para mí, aquellos que te hacen cuestionar la realidad, tu vida, tu futuro. The 1975. París. Come-libros profesional. Homo sum, humani nihil a me alienum puto. Escritora de versos. Fotógrafa aficionada. Palomitas dulces. Helado de cereza y pistacho. Afortunada de tener una variedad de tipografía para escribiros, pues mi letra real es tan legible como los jeroglíficos. ¡Saludos marcianos!

Reseña: Eleanor y Park - Rainbow Rowell



Autor:  Rainbow Rowell Editorial: ALFAGUARA IJ Páginas: 432  Año publicación original: 2013  Palabras clave: Juvenil, Romance, Contemporáneo, Novela Rosa

Bono conoció a la quesería su mujer en el instituto -dijo Park.-Sí, y también Jerry Lee Lewis -contestó Eleanor.-No estoy bromeando.-Pues deberías. Tenemos 16 años -dijo Eleanor.-¿Y qué pasa con Romeo y Julieta?-Superficiales, confundidos y, posteriormente, muertos.-Te quiero, y no estoy bromeando -le dijo Park.-Pues deberías". ELEANOR es nueva en el instituto; su vida familiar es un desastre; con su intenso pelo rojo, su extraña y poco conjuntada forma de vestir no podría llamar más la atención aunque lo intentase. PARK es un chico mitad coreano; su vida familiar es tranquila; no es exactamente popular, pero con sus camisetas negras, sus cascos y sus libros ha conseguido ser invisible.Todo empieza cuando Park accede a que Eleanor se siente a su lado en el autobús del instituto el primer día de clase. Al principio ni siquiera se hablan, pero poco a poco comparten sus hobbies y empiezan una relación de amistad... para terminar enamorándose de la forma en que te enamoras la primera vez, cuando eres joven, y sientes que no tienes nada y todo que perder.

"Solo tengo que ser invisible" 

Lo mio no son las historias románticas. Empecé el libro pues lo tenía dentro de una enorme lista de libros por leer y porque además, era un buen momento para darles una oportunidad a este tipo de historias.

Se suelen escuchar varios mitos y/o hacerse referencia a situaciones típicas que suelen ocurrir en los libros que hablan o tratan el romance, pues algunas situaciones se han vuelto trilladas y dejan a los lectores expectantes con pocas ganas de descubrir lo que presentían desde el primer encuentro pues era obvio. Esperando muchos de estos clichés empecé Eleanor y Park.

La historia puede parecer típica: una chica para nada atractiva conoce a un chico en el colegio y se enamoran. Pero la forma en la cuál Rowell aborda la vida de ambos protagonistas y cómo desarrolla el afecto entre los dos es para mí novedosa. Pues terminó rompiendo muchos de estos esquemas de posible pareja con los que esperaba encontrarme.

En primera medida me sorprendió el aspecto físico de ambos chicos, aquí Rowell inicia quebrando la primer idea preconcebida -aunque no mucho con el chico asiático poco comprendido- y empieza a mostrarnos una idea que va a ser crucial en la historia: la autoestima, el amor propio. Singularmente en un mundo muy superficial como el contemporáneo, donde el peso de la imagen, del aspecto físico, es tan importante que aparentemente prima para definir a una persona o para contratarlo para un trabajo.

Desde entonces el libro empezó a ganarse mi afecto, porque veía en él algo llamativo que no me contaban otras historias de amor, veía en él algo más realista. El estilo de Rowell hace de la historia una historia sencilla, aparentemente simple, como si estuviésemos conversando con los protagonistas en un café o en el autobús de camino a casa. Además la escenografía es algo simple, dejando mucho a la imaginación de los lectores, que incluso pueden olvidar por momentos la imagen que Rowell tiene de Park o de Eleanor para idear sus propios actores, con sus propios rastros, situación que sin duda esperan muchos de los fanáticos del género romántico, pues, ¿a quién no le gustaría imaginarse a sí mismo viviendo una de estas historias?

Leer Eleanor y Park fue para mí como estar leyendo una canción de Ed Sheeran, con sus matices, con sus tonos grises y rosas, dulce, sincera y con un toque de tristeza que vuelve todo nostálgico. Por lo que es una historia tierna y a la vez difícil, por lo mismo digna de reconocimiento.

Debo admitir aquí que no percibí una química en extremo romántica -tan desbordante de pasiones como un Romeo o Julieta- en el libro y de hecho, me pareció que más que amor de pareja entre los protagonistas, se estaba gestando un afecto, un aprecio, un respeto y cariño mutuo como el que se tienen dos cercanos amigos. Los valores que ambos protagonistas nos exponen, pese a sus problemas y eventos cotidianos son tan admirables que me hicieron desear a más Parks o Eleanors en mi vida -aunque en lo posible, ahorrándoles y sin desearles el sufrimiento que padecen-.

Sin embargo, me encantó del libro aquella capacidad para representar a dos seres humanos que pese a sus problemas, caídas, eventos traumáticos o sufrimiento, buscan y persiguen sus sueños, se comprometen con el amor, se comprometen con ellos mismos y están todo el tiempo tratando de ser la mejor versión que pueden ser en su mundo oscuro. Especialmente, Eleanor es para mí un ejemplo a seguir por la capacidad que tiene para superar toda esta gran cantidad de circunstancias en las que se ve envuelta a diario y por inspirar a una gran cantidad de personas -pues no solo chicas pueden aprender de ella- a salir adelante, a propulsarse como flecha hacia un mejor destino.

Igualmente debo mencionar aquí el punto que hizo que el libro para mí fuera una maravilla, aparte de la relevancia que le da al amor propio: el reconocimiento a todas aquellas víctimas cotidianas del maltrato y la violencia, en este caso, en el ámbito familiar, pero que puede extrapolarse a muchos de los otros tipos. La capacidad para tratar en un libro dirigido a jóvenes una realidad tan cotidiana y a veces tan discreta y secreta como el maltrato de pareja o maltrato intrafamiliar que viven miles de personas en el mundo -tanto hombres como mujeres- con la sutileza y roce de Rowell es simplemente maravillosa.


Es importante que estos temas sean conocidos por la población juvenil, que empiecen a reconocerlos, que empiecen a denunciarlos y que sepan que no están solos y que cuentan con amigos, cercanos, conocidos y desconocidos dispuestos a ayudarlos, porque hay una forma de vivir llena de bienestar, algo que todos merecemos. En esto se basa para mí la intención de Rowell con este libro y con este tipo de propósitos es que se recuerda que el arte, más allá de la estética, sirve para enseñar a las personas, para empoderarlas.

Por esta razón el libro es que se ha ganado mi aprecio, por infiltrarnos como fisgones en la vida de otros y recordarnos que todos más allá de la apariencia tenemos marcas como tatuajes en la piel y una historia llena de altos y bajos que nos hacen lo que somos en el presente.

Con un final, a mi parecer, preciso para lo que la historia requería, Eleanor y Park se convierte en un libro que recomiendo no solo a jóvenes, sino para todos, porque nos enseña a tener algo de tacto, que tal vez, en sociedades como las actuales, donde se suele confundir la libertad de expresión con la libertad de ofender se vuelve en una cualidad necesaria.

Eleanor y Park llega para convertirse, no en una historia de amor digna de replicarse en todos los lectores -tal vez todas merezcamos un Park, lleno de ternura y comprensivo- sino en una historia que nos muestra el amor desde otra perspectiva, el amor con dolor, el amor con problemas, el amor que suele ocurrir en la vida diaria aunque intentemos camuflarlo como un cuento de hadas con un eterno final feliz. Por lo que es un libro que vale la pena leer así nuestros gustos literarios estén más dirigidos a otros géneros.


Cómo lo puntúo
Leer Eleanor y Park me hacía sentir dentro de la canción de Lego House de Ed Sheeran, y me hizo querer por una parte atesorar cosas demasiado valiosas como Eleanor y por otra, tener un buen gusto de música digno de compartirse con otros como el de Park 

¿Les recordó a ustedes alguna canción?