Sobre mi

¡Hola, soy Alein! Vivo en Colombia aunque usualmente permanezco en los mundos de diversos libros, y ahora, he decidido comentar aquellos libros, dementes, de los que se llevan tu cordura por momentos y que, al tiempo, son muestras de mentes maravillosas. ¿Quieres acompañarme? Azul. Los mejores libros son para mí, aquellos que te hacen cuestionar la realidad, tu vida, tu futuro. The 1975. París. Come-libros profesional. Homo sum, humani nihil a me alienum puto. Escritora de versos. Fotógrafa aficionada. Palomitas dulces. Helado de cereza y pistacho. Afortunada de tener una variedad de tipografía para escribiros, pues mi letra real es tan legible como los jeroglíficos. ¡Saludos marcianos!

Reseña: Bailando la Vida Película


Hoy quiero compartir con ustedes Bailando la vida, la última película que he visto. Dirigida por Richard Loncraine, la película inglesa de aproximados 111 minutos nos cuenta la historia de Sandra, una mujer con múltiples comodidades y una vida totalmente hecha que después de estar casada 40 años descubre que su esposo la engaña, nada más ni nada menos que con su mejor amiga. 

Es entonces cuando el mundo de Sandra se viene abajo y todo el esfuerzo, compromiso y dedicación a su matrimonio y hogar se ve para ella desperdiciado, por lo que, en sus intentos de alejarse de toda aquella situación busca refugio en su hermana mayor Bill con la que no ha tenido contacto en muchos años y que prácticamente es su opuesto. De esta forma inicia la aventura de Sandra para reorganizar su vida, encontrarse y definir lo que desea para ella ahora que su vida se ha movido. 

Esta historia, clasificada como comedia es una historia muy tierna, dulce, humana y llena de gracia. Sandra y Bill nos mostrarán de pronto el valor de la familia, lo grande que son los reencuentros con otros y con uno mismo, y de forma muy agradable nos presentan el mundo y la vida para dos mujeres que con una edad ya avanzada, no pierden las ganas ni el espíritu de su juventud y en cambio, andan como motores de avión por la vida. 

Quiero iniciar hablando de Sandra, una mujer muy centrada, elegante, de gran disposición económica, algo engreída y orgullosa, que como muchas otras mujeres ha centrado su vida en el matrimonio y en el hogar, dejando para luego -o para nunca- sus aspiraciones, deseos y sueños de juventud, encontrando su "lugar" en el mundo detrás de la profesión y posición de su marido, aunque esto le implique olvidar sus propias metas. Y aclaro aquí, que no está mal compartir la vida con alguien, ni preocuparse o ayudarle a cumplir sus metas y sueños, pero que deberíamos de cuestionarnos cuando a raíz de la felicidad de otros, sacrificamos la nuestra, o no obtenemos ni un solo beneficio. 

En todo caso, el panorama de Sandra antes de la crisis nos muestra el porqué de su actuar luego, de sus temores, de sus decisiones, de sus actitudes. Y es que se entiende a Sandra en su profunda tristeza luego de la noticia de su marido, pues, ¡todo en su vida giraba entorno a él! y aunque no nos suceda lo mismo a todos, algo similar nos ocurre o ocurriría si de repente nos encontráramos con que aquello que nos esforzamos tanto por conservar se quiebra y no puede ser reconstruido. Peor aún, cuando nos encontramos con que aquel aspecto era tan importante para nosotros -como la única visión al final del túnel- que cuando se va, no nos queda nada -o al menos eso creemos en el momento-, Sandra era tanto la esposa que se olvidó como era ser ella misma y esta reconstrucción de su propia persona es uno de los aspectos en que la película me robó el corazón.

Por otra parte nos econtramos a Bill, una mujer muy particular, que vive su vida según los principios que considera valiosos y que se esfuerza siempre por proporcionarse felicidad, por aprovechar cualquier momento para bromear, para reír, para gozar, para bailar. Ella es sin duda el tipo de persona que me gustaría ser de mayor, pues recuerda que la juventud no se mide por un número si no por pensamientos y actitudes. Diametralmente diferente de Sandra, Bill va a aparecer como aquella gurú que con actos -mas que con palabras- ayudará a Sandra a descubrirse, a orientarse y a decidir por sí misma lo que quiere con su vida y no según lo que otros le dicen debería de hacer. 

Una parte muy bonita de la película es su forma de presentar a los personajes y de mostrarnos sus problemas, sus momentos felices, sus pensamientos y sus emociones. Además de mostrarnos el cómo puede llegar a ser la vida de alguien a sus 50 o 60 años y el cómo la gracia no se pierde nunca. Su comedia, es más un humor amable, inocente, inocuo, de buenas intenciones, dulce, ameno, de familia. Por ello que guste para aquellos que no buscamos humor con doble sentido, sino humor con el cual nos podemos identificar porque sus situaciones humorísticas puede ocurrirnos en cualquier momento. 

Otro aspecto hermoso de la película es que nos hace valorar la vida y observarla desde la perspectiva de personas que ya han vivido muchas cosas, que han pasado por muchas experiencias, que han fallado y que han crecido y madurado a partir de diferentes momentos. Para mí, fue como ver la vida a través del lente de mi mamá, tal vez pensar ella que soñaba de joven, que quería para su vida, que esperaba, ¿lo consiguió?, ¿lo alcanzó? Y más importante ahora, ¿qué desea ahora? ¿Cuáles son las metas para su vida? ¿Acaso es feliz? 

De este modo nos lleva poco a poco a preguntarnos a nosotros mismos, a cuestionarnos varios valores y varios pensamientos, así como a romper algunos estereotipos que solemos tener sobre lo que debería ser la vida para nosotros y para los demás. Finalmente, es una película muy suave, no recomendada para aquellos que buscan acción, lucha, poca reflexión, sino para aquellos que buscan pasar una tarde de sábado con una sonrisa tierna en el rostro y una visión más positiva. 

En lo personal, la película me ha motivado a realizar muchas cosas, a ser mejor persona, a encontrarme y serme fiel a mi primero, para luego poder ser con otros. Realmente es una película cuyo drama logra calar, alcanzar los huesos y movilizar, activar a quien la ve. Por lo que la recomiendo para ver en familia o solo, con una mirada reflexiva y con la espera de responder a la pregunta ¿Qué me dice a mi?

 ¿Se animan a verla?